Pasar al contenido principal
alt

Historia

 

Las más antiguas referencias históricas sobre la localidad de Las Torres de Cotillas se remontan al siglo I antes de J.C. cuando el geógrafo e historiador griego Estrabón recoge en su “Geographia” una somera descripción de las tierras torreñas bañadas por el río Segura.

 

Y es que la historia de Las Torres de Cotillas viene marcada por su cercanía a los ríos Segura y Mula. Enclavada en el epicentro de la fértil comarca de la Vega Media, los usos agrícolas de sus tierras se remontan ya a época romana.

El pasado romano del municipio –que constituye el origen de su historia conocida propiamente dicha- se refleja en las termas del siglo I-II después de J.C. descubiertas en el primer tercio de la pasada centuria en la pedanía de La Loma y que fueron objeto de excavación arqueológica en el año 1979.

Fue además temprano el poblamiento árabe de Las Torres de Cotillas, remitiéndose éste al siglo VIII e integrado en un vasto espacio hidráulico comprendido en torno a la margen derecha del río Segura donde destacan los asentamientos de alquería de la Alguaza de Cotillas y Benahendín.

 

Ya en el siglo XIII, con la Reconquista cristiana llevada a cabo en Murcia por el rey castellano Alfonso X el Sabio, Las Torres de Cotillas se constituyó en un mayorazgo regido desde inicios de la XIV centuria por la familia nobiliaria de los Calvillo y repoblado, tras la deserción en masa de la población morisca, con familias cristianas procedentes de la localidad conquense de Huete, las cuales en el año 1454 eligen el primer Concejo o Ayuntamiento torreño.

En el primer tercio del siglo XVII la familia de los Calvillo se extingue en su linaje pasando el Señorío de Cotillas a ser propiedad de sus parientes los Balboa-Bustos, titulares del Marquesado de Corvera.

El siglo XIX trajo el fin de ese señorío cuando las Cortes españolas reunidas en Cádiz en 1812 decretaron la abolición de los mayorazgos.

 

La historia de Cotillas –denominación con la que hasta el año 1916 se conoció el municipio torreño- significó desde el siglo XIV un intento permanente de ampliar el regadío, objetivo que nunca se alcanzó,y que fue fuente de numerosos conflictos con las localidades vecinas de Alguazas y Ceutí hasta bien entrada la época decimonónica.

 

Ya en pleno siglo XX, en concreto en el año 1927, la población de Las Torres de Cotillas fue abastecida con aguas procedentes del río Segura y en 1929 se acometieron obras de suministro de aguas de los canales del Taibilla traídas desde Alcantarilla. Es necesario señalar la importancia de las aguas del Trasvase Tajo-Segura y la transformación de tierras de secano en regadío.

El siglo XX destacó por el desarrollo, dada su localización en el eje de comunicaciones hacia Levante, Andalucía y Madrid. No en vano, la actividad agrícola y agroalimentaria, una pujante industria líder a nivel nacional en muchos sectores de producción y la construcción han sido el motor económico de la Villa en época contemporánea.

 

Archivo Histórico-Municipal

De su documentación –que arranca en el siglo XVIII y llega hasta la actualidad- debemos destacar: las Actas Capitulares (desde el año 1795 hasta hoy), los expedientes del Pósito Municipal (desde 1849 hasta 1978) y Elecciones (desde 1931 a fecha de hoy) así como un ingente material procedente del Archivo privado del Marqués de Corvera.

 

Monumentos:

Entre los edificios de interés histórico-artístico cabe destacar tanto el Templo Parroquial dedicado a Nuestra Señora de la Salceda, Patrona de la localidad (-erigido a finales del siglo XVIII como Ermita y ampliado como edificio más sólido en el último tercio de la siguiente centuria-) como el antiguo refugio de cazadores –ejemplo de arquitectura civil- que, ubicado en el paraje natural de El Coto y construido en los albores del siglo XIX, perteneció a los D´Estoup, familia murciana de terratenientes, siendo reconvertido en la actualidad en una Ermita que, dedicada a la Patrona de la localidad y albergando una réplica de su imagen, es lugar de acogida de romerías populares en honor a dicha Virgen en el transcurso de las fiestas patronales de la Villa.

 

Otro lugar emblemático de la localidad viene a ser el que fuera Palacio de Verano de los señores de D´Estoup, levantado en la Calle del mismo nombre a mediados del siglo XIX amén de muestra excepcional de arquitectura ecléctica expresada, por ejemplo, en una serie de elementos definitorios de su fachada como son recreaciones de leones, blasones, rosetones y diferentes arcos y adornos que sorprenden al visitante por su originalidad. Desde los años sesenta de la pasada centuria, esta casa solariega alberga tanto un Colegio de Enseñanza Primaria y Secundaria como una de las residencias conventuales de las Religiosas del Divino Maestro, congregación ésta actual propietaria del edificio histórico.

 

La historia del regadío de Las Torres de Cotillas se puede observar en un vestigio del siglo XVI pero con antecedentes medievales e incluso islámicos, como es la Peñeta de La Florida, situada en el barrio o pedanía del mismo nombre. Correspondía a un antiguo acueducto medieval que comunicaba las villas de Alguazas y Cotillas durante el siglo XVI (y probablemente también en el siglo XIV) y que fue destruido en el siglo XVII por la riada de San Calixto, quedándose en pie tras 4 siglos un muro de argamasa. En un futuro será recuperado y restaurado, siendo declarado en el año 2011 Bien Catalogado de Interés Cultural, dada su importancia, por la Consejería de Cultura y Turismo de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia.

 

El ferrocarril, así como su actividad económica fueron fundamentales desde el segundo tercio del siglo XIX en este municipio. Casi al límite de la zona de la huerta torreña con el casco urbano encontramos la antigua estación del ferrocarril de la localidad, construida a fines del siglo XIX y hoy restaurada y dedicada a restaurante.

 

Uno de los aspectos que resaltan la importancia histórica del Barrio de San Pedro (también denominado Cotillas la Antigua por ser el germen de la localidad torreña en 1318 como señorío) es el de haber acogido el primer lugar de culto cristiano conocido en la Villa. Su actual ermita, reemplazando a la vetusta posiblemente alzada en el siglo XIV, se construyó a finales del siglo XIX, conservando un hermoso misal editado en 1859. Las medidas del edificio son de 6 x 5,23 metros. La imagen de San Pedro Apóstol lleva expuesta a piedad popular de 120 a 130 años. En 1979 esta iglesia sería restaurada.

 

Durante de la década de los 80 y 90 la ermita sufrió intensas reformas hasta ofrecer edificio que conocemos hoy día. Independientemente de la talla de San Pedro, la ermita alberga un Corazón de Jesús y una Virgen del Carmen, de reciente factura. Cabe señalar que esta iglesia dispuso inicialmente de cementerio propio, en desuso desde hace mucho tiempo.

 

Completando el elenco de construcciones de interés o relieve en el contexto de la población resulta destacar el antiguo Ayuntamiento, edificio de líneas funcionales erigido en 1971 en la Plaza Mayor y que vino a sustituir a la anterior Casa Consistorial que remontaba su existencia a la época del reinado de Fernando VII.

 

Una nueva construcción de corte utilitarista y práctico amén de diseño vanguardista –capaz de concentrar en su seno prácticamente todas las dependencias y servicios administrativos municipales- ha venido a ser desde el año 2011 el nuevo Ayuntamiento que, ocupando los terrenos de la anterior factoría conservera “Comuna”, en la confluencia de la Calle D´Estoup con la Avenida Reyes Católicos, está circundado por una amplia y moderna plaza dotada además de espacios comerciales y aparcamiento público.